Hizo historia del Colegio en su tiempo, las acrencias del mismo, a pesar de ser el único colegio del casco urbano, y el segundo que había en el Valle. “Prácticamente, la totalidad de los niños de Muriedas y de Maliaño veníamos a este colegio”, subrayó. Antes había estado en el Hispano, y en una casa que había en la calle Marqués de Villapuente.
También entonces, había extraescolares. Y así, “Pilar [Pacheco] nos inculcó los valores a través de la colectividad, del respeto a los demás, y hacíamos ballet, bailábamos jotas, etc.”, nos recordó Chusa. Porque “en los años del 76 al 79, además de las materias que teníamos que estudiar, también aprendíamos a saber convivir, la diversidad. En cuanto a las materias, eran más antiguas; no estaban actualizadas como las de ahora”, prosiguió.
Chusa advirtió a los alumnos de 4º y 5º que hay “decepciones diarias”, “malos momentos” que todo el mundo tiene, pero que “se superan con trabajo, dedicación y con el ánimo de creer lo que se está haciendo. Y, cuando salimos de ese bache, cogemos el aspecto positivo, y nos hacemos un hueco en la vida”, rubricó.
Los alumnos hicieron muchas preguntas
Ella se comprometió con 17 años, con trabajo, con dificultades. Por otra parte, elogió el nuevo sistema educativo que, en contraposición al que ella vivió, es un sistema diverso, plural, al alcance del que quiera estudiar. Animó a los estudiantes a que fueran comprometidos, en la defensa y en el conocimiento de los artículos de la Constitución, en el conocimiento de nuestra historia reciente, para luchar y defender los valores de la diversidad, de la igualdad, de la democracia.
Aconsejó a los niños que, si bien los maestros están para ayudarlos, “el camino os lo tenéis que abrir vosotros mismos”.
Contestó a todas las preguntas que se le hicieron, y, en cuanto a las anécdotas, cuando era colegiala, “era un poco trasto” afirmó esta política, que lo es desde los 17 años y lleva 27 en el Ayuntamiento, y alcaldesa lo fue durante tres años.